17/agosto/2023.
El sarcasmo político de López Obrador se está volviendo característico de su personalidad. Esa risita cascada y el parodiar con las canciones de Chico Che, su paisano, no lo hacen más simpático ante un populacho que se ríe, que festeja, pero que ofende a una mayoría de gente pensante que lo considera una burla o una salida poco seria a los problemas nacionales.
Esa actitud, de la que ahora dice no cometió, que no escuchó, se rompe ante el chistorete que utilizó para rehuir hablar del tema de los jóvenes desaparecidos en Jalisco. Lógico, gran parte de la opinión pública y de quienes considera sus adversarios, los llamados conservadores, le atizaron duro ante su actitud.
Ahora su comunicador de cabecera, Jesús Ramírez Cuevas, quiere recomponer el asunto, pero lo cierto es que AMLO ya está pasando aceite en su senil cerebro y empieza a denotar sus resabios políticos y complejos.